Si uno de nuestros nuevos propósitos para este nuevo año es el de perder peso, el ciclismo de montaña puede resultar un deporte ideal que nos ayude a conseguir tan preciado objetivo. El ciclismo es uno de los deportes cardiovasculares por excelencia, y como cualquier otro deporte de este tipo practicado regularmente nos ayuda a mejorar nuestra salud y condición física, con los beneficios que ello conlleva para nuestro organismo. El ciclismo, ya sea el de montaña o el de carretera, es un excelente deporte cardiovascular que nos ayudará sin duda alguna a perder esos kilos de más que deseamos eliminar.
5 buenas razones para ayudarnos a perder peso gracias al ciclismo
Uno de los muchos beneficios del ciclismo es la de mejorar la capacidad de nuestro organismo para quemar grasas de forma mucho más eficiente, cosa que podremos conseguir gracias a estas cinco buenas razones que veremos a continuación:
1. Fortalece los músculos más grandes de nuestro cuerpo
El ciclismo fortalece todos los músculos más grandes de nuestro cuerpo; nuestros cuádriceps, isquiotibiales, los músculos de la cadera y nuestros glúteos. Cuando rodamos con una bicicleta desarrollamos más tejido muscular en la parte inferior de nuestro cuerpo, especialmente en la parte superior de las piernas y en los glúteos. Al tratarse de algunos de los músculos más grandes de nuestro cuerpo, aumentamos exponencialmente la capacidad de nuestro organismo de quemar grasas de forma mucho más óptima y eficiente.
2. Protege las articulaciones de nuestro cuerpo
El ciclismo es generalmente un deporte sin impacto, lo que significa que nuestras articulaciones no están sometidas a sacudidas ni tirones. A diferencia de otros deportes cardiovasculares, el ciclismo puede ser practicado por cualquier tipo de persona, por lo que hasta el ciclista más rellenito puede subir sobre una bicicleta y comenzar a pedalear. De este modo, gracias al ciclismo cualquier deportista principiante puede pedalear durante muchos kilómetros y, por supuesto, quemar calorías sin parar hora tras hora.
3. Entrena a nuestros músculos para quemar más grasas
Gracias a la práctica del ciclismo, y especialmente a los entrenamientos de largo recorrido, rutas largas o paseos constantes en bicicleta, construimos cientos de miles de capilares en nuestras piernas. De este modo, nuestro organismo aporta mucha más sangre rica en oxígeno a los músculos que trabajan durante el ejercicio físico, y las mitocondrias (los hornos quema-grasas de las células de nuestros músculos) también se hacen más grandes, utilizando una mayor afluencia de oxígeno para generar más energía y quemar más grasas.
4. Aumenta el gasto energético diario de nuestro organismo
Practicar ciclismo de forma regular es más que suficiente para hacer aumentar el gasto energético diario de nuestro organismo. Mientras estamos dándole a los pedales, incluso a un ritmo de recreo de entre 10 a 15 Km/h, nuestro organismo quema entre 2.100 y 2.500 kilojulios en una hora. En una semana, quemamos cerca de 16.800 kilojulios, que traducido en calorías son más de 4.000 kilocalorías quemadas o cerca de medio kilogramo de peso, si rodamos todos los días de la semana durante una hora.
5. Ayuda a quemar grasa incluso después de hacer ejercicio
El ciclismo pone en marcha nuestro organismo y hace aumentar el gasto energético de las células musculares, quemando más grasa incluso después de haber terminado el ejercicio físico, ya que nuestro cuerpo repara y reconstruye los músculos afectados. De este modo, el ciclismo ayuda a construir más tejido muscular y aumenta nuestro metabolismo basal (el gasto energético mínimo de un cuerpo humano). Muchos estudios han demostrado que solamente con 30 a 45 minutos de ejercicio cardiovascular diario podemos aumentar nuestro metabolismo basal y mantenerlo elevado durante la mayor parte del día, quemando mucha más grasa de forma efectiva.
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